Bruxismo ¿Qué soluciones existen?

Causas del bruxismo

No se conoce con exactitud qué lo causa pero todas las teorías apuntan a que es un trastorno que deriva de la necesidad de liberar estrés. El estrés suele manifestarse buscando un punto de fuga, y apretando los dientes al dormir aprovecha el descanso del paciente para manifestarse.

Además del estrés, existen otros factores que pueden favorecer la aparición del bruxismo:

• Las personas que tienen dificultades para relajarse serán más propensas.
• Tener hábitos del sueño deficientes y una postura inadecuada al dormir.
• Los pacientes con problemas de alineamiento dental. Por último no podemos dejar de lado el bruxismo en niños, ya que este puede darse de manera natural coincidiendo con la salida de los dientes definitivos. Los niños aprietan los dientes durante la noche para estimular la formación de la dentadura definitiva, siendo un hábito que acaba remitiendo cuando salen las muelas permanentes. Pero, en algunos casos, es posible que se mantenga y pase a ser patológico.

Síntomas y consecuencias del bruxismo

El hecho de presentar bruxismo puede provocar problemas:

• • Dentales, ya que pueden desgastarse debido al rozamiento constante.
  • Musculares, debido a la tensión constante.
  • Óseos (articulación temporomandibular) por una sobrecarga de la articulación.

  Estos problemas pueden conllevar dolor, tensión, contracturas musculares, dolores de cabeza, acortamiento de los dientes y cambios en la forma de la mordida y la cara, entre otros. Además, el bruxismo dental puede también estar acompañado de otras patologías no bucodentales como, por ejemplo: ansiedad, depresión, insomnio o trastornos alimentarios.

  Su diagnóstico es, en muchos casos, complicado ya que no se presentan síntomas claros o el paciente desconoce que lo que siente es patológico. En los casos donde también hay rechinar de dientes (rozamiento entre los dientes que provoca ruido) es posible que el acompañante pueda detectarlo, al dormir juntos. Pero, en la mayoría de casos, suele ser diagnosticado en la visita rutinaria al dentista o bien con el médico de cabecera al acudir para valorar dolores o molestias derivadas del bruxismo.

Soluciones y tratamientos del bruxismo

Vamos a ver a continuación qué tipos de tratamientos son posibles, teniendo en cuenta que variará su aplicación según cada caso. Se ha de tener en cuenta que el bruxismo no remite al cien por cien, sino que los tratamientos buscan evitar o corregir las consecuencias que esto pueda tener sobre la salud del paciente, y mejorar así su calidad de vida.

Como hemos observado, el bruxismo no es una patología puramente dental sino que suele ser provocada por problemas sistemáticos como el estrés o los malos hábitos. Así que, a la hora de plantearse tratarlo, se ha de valorar la posibilidad de abordajes tanto a nivel dental como general.

Tratamientos bucodentales

• Férula de descarga o miorrelajante: consiste en una férula rígida, hecha a medida, que se ha de colocar cada noche sobre la dentadura del paciente. Así, cuando aprieta los dientes la férula de descarga provoca que la mandíbula se recoloque en una posición de descarga, relajando así toda su musculatura. En primer lugar, es importante realizar un diagnóstico previo en la clínica para poder fabricar la férula a medida. También se tendrá que seguir las indicaciones del odontólogo especializado y revisar cada cierto tiempo la férula.
• Reparación de piezas y alineamiento: si se trata de un caso más grave donde el bruxismo ha provocado un desgaste o desplazamiento dental severos, es posible que se requiera de terapias correctivas como: ortodoncia, remodelación de dientes con carillas dentales, endodoncias o implantes, entre otros.

Tratamientos generales

• Instaurar buenos hábitos del sueño: irse a dormir siempre a la misma hora y dormir el mismo número de horas. Evitando los estímulos antes de dormir y manteniendo una buena postura. Por otro lado, invertir en un buen colchón para un mejor descanso, nos ayudará a descansar mejor.
• Control del estrés y la ansiedad, ya sea con técnicas de relajación, meditación o incluso con terapia, en caso necesario.
• Realizar ejercicio físico de manera regular, sobre todo es recomendable el yoga o el pilates para ayudar en la relajación.
• Habituarse a corregir la compresión y tensión en la boca, cada vez que se es consciente de ello.